sábado, 1 de marzo de 2014

La desembocadura del Río Xallás




El río Xallás nace en el Monte Castelo, a 440m de altitud. Con sus escasos 64,5 km de lento recorrido y su cuenca de 504 km2, este río pararía desabercibido y completamente eclipsado por la mole del Espacio Natural del Monte Pindo si no fuera porque posee una característica que lo hace único en Europa y quizás en el mundo.  Y es que el río Xallás desemboca en el mar, concretamente en la ensenada de Ézaro, formando una cascada de más de 100 metros de altura. 



Desembocadura del río Xallás






Para verlo tenemos aparcamiento al lado del puerto deportivo de O Ezaro y acceso a pie mediante pasarelas de madera hasta la misma base de la cascada. De camino pasaremos por la antigua central eléctrica de O Ézaro, que desde el año 2008 acoge el Centro de Interpretación de la Electricidad.

 
La desembocadura del río Xallás desde el puerto deportivo de O Ézaro



Lamentablemente, la construcción de hasta 5 centrales hidroeléctricas a lo largo de su escueto recorrido nos privan de ver este espéctáculo en todo su esplendor durante la mayoría del año. No obstante, parece ser que durante el verano se abren las compuertas los domingos entre las 12:30 y las 13:30.


Pasarelas que nos acercan a la cascada




En los alrededores podemos subir al monte Pindo por algunos de los senderos que parten desde la cercana población de O Pindo; visitar la playa de Carnota, situada al otro extremo del monte y que con sus 7 km es la mas grande de Galicia; o acercarnos a ver el horreo de Carnota, del siglo XVIII y declarado Monumento Histórico-Artístico, es también el mas grande de Galicia, lo encontraremos al lado de la iglesia de Santa Columba.

 
Al otro lado del río se eleva la mole granítica del Monte Pindo



La ensenada de Ézaro se encuentra en el pueblo del mismo nombre, al lado del la ría de Corcubión y en la Costa da Morte. Pertenece al ayuntamiento de Dumbría, provincia de La Coruña.

sábado, 8 de febrero de 2014

Las Aceñas del río Sarria

El río Sarria nace en la Sierra del Oribio (Lugo), y tras atravesar diversas poblaciones, como Triacastela o Samos, alcanza la villa que le da nombre y donde se localizan “Las Aceñas”, el tramo que describimos ahora.

sendero de las Aceñas


El río Sarria serpentea recorriendo las Aceñas encañonado entre montes y rodeado por un frondoso bosque autóctono.  Consciente de la belleza del recorrido, años atrás el concello adecuó la orilla del río para realizar senderismo. Se adecuó el sendero, y en las zonas de transito complicado o peligroso se construyeron pasarelas y escalinatas de madera. El resultado es un sendero circular de muy fácil tránsito muy frecuentado por los sarrianos.

El río sarria a su paso por las Aceñas


No obstante, el acceso al sendero puede ser complicado, no porque esté en un lugar difícil, sino por la carencia de señalización para llegar hasta él. Mi consejo es que, una vez que lleguéis a Sarria, dejéis el coche frente al cuartel de la Guardia Civil, en la Rúa Castelao.  Mirando al cuartel, a mano derecha tenéis una calle. Seguidla, pronto se transformará en un sendero de tierra que, en unos cientos de metros os acercará al que quizá es el inicio del sendero, pues no está claramente definido.

Una de las numerosas cascadas del río Sarria


El sendero está señalizado con flechas de madera y es muy fácil de seguir. Forma un recorrido circular que pasa por varios molinos y da la vuelta en el puente de Fafián.  

Sendero de las Aceñas


En el siglo pasado, el río Sarria tenía fama de truchero. Hoy, como a casi todos los cursos fluviales, la presión de los pescadores, las sequías de los últimos años  y el deterioro de las aguas para le pasa factura.  No obstante, la naturaleza que rodea este tramo del río es de una belleza casi virginal. Los alisos abrazan al río mientras que el bosque de robles y castaños se eleva sobre sus orillas. En las zonas en que el río discurre sin prisas, el silencio puede ser sorprendente. 

Pasarela sobre el río Sarria



En cuanto a la fauna de la que podemos disfrutar en nuestro recorrido destacan principalmente las truchas, que podemos observar desde los puentes.  También son fáciles de ver el mirlo acuático y la lavandera. Si tienes suerte te cruzarás con alguna garza real, un martín pescador o un cormorán.  Mas difíciles de ver son las nutrias, pero haberlas, hailas;  yo, al menos, las he visto en dos ocasiones.